domingo, 12 de junio de 2016

“No te identifiques con las olas”




Ahora descubro una nueva dimensión del mar. Una visión más clara, más sencilla.

A lo largo de años regresivamente aquellos sueños, aquellos tsunamis…
La sensación siempre tan perneada en lo profundo de mí acerca de que los demás me huyen cuando… ya, no hace falta explicarlo. ¿Quién no saldría corriendo si viera al mar, bravo, bravo, erecto sobre si abalanzándose, amenazando con llevárselo todo consigo a sus profundidades a la vuelta de su paso? 

Yo, Yo, Yo. Levanto el brazo diez veces.

Soñando soñaba cómo venían una tras otra las enormes olas y gozosa me sumergía en ellas y no entendía por qué el resto huía…
Y así, en mi día a día, he ido identificándome con las olas, presa de ellas esperando que el resto me siguiera… o lo que es peor, me rescatara de lo que no soy.
¿Quién, si no otro pirata, seguiría a un pirata?

No soy un pirata, no soy un líder, no soy un héroe, no soy la ola, no soy.

A veces el mar estaba tranquilo, tranquilo… y yo nadaba en él, sola, libre de cualquier ola.  
Buceaba buscando un tesoro.
Una vez, una única vez soñé que lo encontraba. No recuerdo qué era, ni si quiera que fuera algo.
Sin embargo, sin embargo…






ahora lo sé, siempre lo he sabido.






Desde allí donde esté...
el cuenta cuentos me ha enviado esta postal, este regalo...

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