martes, 15 de febrero de 2011


Hace algún tiempo, en algún lugar muy, muy lejano, existió alguien tan y tan escrupuloso, que no bebía si quiera agua por todos aquellos quienes hubieran podido tocar el plástico de la botella, o por el simple hecho de correr por una cañería. Llevaba la uña del dedo pequeño de la mano derecha manchada siempre de pintura naranja, y era incapaz de levantar el extremo izquierdo del labio superior en muestra de desagrado.

Y digo existió porque murió de escrupuloso.

miércoles, 9 de febrero de 2011


No dudo de mi capacidad para no haberte hecho la mujer más bonita del mundo, sin embargo me tiemblan las piernas. Porque nunca te beso, y nunca te follo.
No cuestiono que podría haber sido y que no ha sido, sin embargo no arrimé mi hombro al tuyo y no dejé que tus clavículas en las mias fueran las más bonitas del mundo. Porque nunca te beso, y nunca te follo.

Te vomito de la única forma que sé, provocándote.
Y me meto los dedos y me toco la campanilla, pero ya no respondes a ella.
Porque nunca te beso, y nunca te follo.
Y me jode está angustia y me inmolo con un solo grito.
Porque nunca te beso, y nunca te follo.

Porque no me pones y eres fugaz, porque me pones unicamente cuando ya no vas a estar nunca más.
Tirarse el rollo a veces no esta del todo mal, y lo que rápido viene, rápido se va.

Empeñada en quererte no te quise, empeñada en quererme no te quise. Porque nunca te beso, y nunca te follo.

Y de la misma forma con la que me seduce cualquiera para un rato, hemos ido a toparnos dos iguales que se marchan por el mismo camino por el que vinieron, susurrando simplemente 'Otra vez lo he vuelto a hacer'

Porque nunca te he besado y porque nunca, nunca, te he follado.
Una hora menos en Canarias, una mujer menos en mi cama.