viernes, 9 de noviembre de 2012

La revelación

Tú, hija del desierto
y aquí yo, hija de la mar
hicimos, la una sobre la otra,
el oasis

Decías; Hola

y yo sentía la tormenta
de tu beso

Decías; Qué tal

y yo sentía la presión de tus senos
en mi pecho

Cuando trazabas una recta
desde tus pupilas a mis ojos,
cogía yo tu carretera
hecha de dunas y despojos 
con la arena de otros cuerpos
y otros rostros

Y no conocía entonces 
otro globo terrestre que no fuera
el que encontraba entre tus sabanas
al quitarte las bragas

cuando lograban mis manos
saciarse en tus nalgas
con mi boca diciéndote;
Hola

Y fue cuando te dije; Hasta la próxima
que recordaste respirar
y llovió en el páramo 

Y fue lo que no dijiste
un deseo; 
un anhelo;
un delirio

Un arroyo
que me sorprendió soñando

A mi, que no sabía que había dejado de hacerlo


Todo comienzo es una revelación;
el antes
el durante
y el después de un orgasmo



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