domingo, 3 de julio de 2016

Estoy aquí, en todas partes.

Cierro los ojos y a mi derecha un faro, bajo mis pies una lengua de tierra. Si a su vez cierro los ojos con los ojos cerrados, es la lengua de tierra la que se mueve y lame el mar, y no al revés. 

Abro los ojos con los ojos cerrados. Las olas gigantes esculpen la costa. Hmmmm... gozosas, se relamen de su obra. Mi corazón relincha desbocado, quiere galopar la tierra y lanzarse al mar. 

Abro los ojos últimos; los ojos primarios, originales, cuando están cerrados. Estoy sangrando plácidamente sobre la cama, en mi zona lumbar hierve el agua una gata en celo, que se retuerce de placer con cada lengua de lava.
Si giro la cabeza a la derecha, el viento la brisa el aire agita algunos de mis cabellos y se me complace la sonrisa y se me reverencia el cuerpo ante si mismo por permitirse la visión de la luz del sol refleja en las baldosas del balcón. 

Ai... estoy viva.
¡Estoy viva! 
¡Y me estoy muriendo!



¡Celebrarem que sempre ho celebrem!



Hoy me he sorprendido echándonos de menos
y me lo he permitido.


Estoy aquí, en todas partes
me lo han dicho mis pies, que andaban buscándote.

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